Muchos me vieron tirado en la esquina de la confusión
Y nadie tomó mi mano de vuelta a la salvación
Escucharon mi llanto, escucharon mi desesperación
Muchos me vieron tirado en la esquina
Propietario de una mina de oro y diamantes
Dueño de un rebaño de quinientos elefantes
Treinta mil hectáreas... de mi casa
Cuando me iba al cielo un millón de estrellas me tapan
Con el amanecer azul del quinto día
Recorrí los mares en velero en compañía
De mi séquito que vela por mi vida
Y por la sonrisa de esa niña que me mira
Muchos me vieron tirado en la esquina de la confusión
Y nadie tomó mi mano de vuelta a la salvación
Escucharon mi llanto, escucharon mi desesperación
Muchos me vieron tirado en la esquina
Ahora tengo una gran ciudad
Con miles de luciérnagas que se iluminan
Cuando a mi me ven llegar
Y una alfombra de asfalto llena de carruajes
Que me quieren transportar
Aquí todos me adoran pero evitan mi mirada
Se esconden como topos ni siquiera dicen nada
Me respetan porque soy el césar de mi imperio
Líder de la manada
Muchos me vieron tirado en la esquina de la confusión
Y nadie tomó mi mano de vuelta a la salvación
Escucharon mi llanto, escucharon mi desesperación
Muchos me vieron tirado en la esquina
Donde manda la sangre pero no se derrama
Donde el fuego más arde pero no quema nada
A la madre de las madres volveremos al final
Hoy estaré viendo estrellas y agua de mar
Ansias de tocar el sueño al fin
Poder sentir que a mi alrededor
Vuelan promesas que poder cumplir
Y ser feliz cantando a la deriva
Poder decir que al fin mi vida tiene vida
Muchos me vieron tirado en la esquina de la confusión
Y nadie tomó mi mano de vuelta a la salvación
Escucharon mi llanto, escucharon mi desesperación
Muchos me vieron tirado en la esquina
Muchos me vieron tirado en la esquina de la confusión
Y nadie tomó mi mano de vuelta a la salvación
Escucharon mi llanto, escucharon mi desesperación
Muchos me vieron tirado en la esquina