El profesor no tiene quien le escuche, la maestra se calcina en una pira de pupitres, el jefe de estudios se ha muerto de asco y los catedráticos se están suicidando. Ya nadie quiere leer enciclopedias, ir a museos ni aguantar conferencias. El aguardiente desarrolla las neuronas. Más Delirium Tremens y menos diplomas. Hay que fumigar con tequila las aulas, flambear con ron al doctor Honoris Causa. Será muy divertido ver cómo arden colegios, academias y universidades. Queremos vasos comunicantes, porrones comunicantes,
barriles comunicantes y tinajas rebosantes. Queremos vasos comunicantes, garrafas comunicantes, petacas comunicantes y toneles rebosantes. El profesor no tiene quien le escuche, la maestra se calcina en una pira de pupitres, el jefe de estudios se ha muerto de asco y los catedráticos se están suicidando. Queremos vasos comunicantes, porrones comunicantes, barriles comunicantes y tinajas rebosantes. Queremos vasos comunicantes, garrafas comunicantes, petacas comunicantes y toneles rebosantes.