Se tambalea, se tambalea, se tambalea,
tu pedestal se tambalea.
Te creiste que el mundo era tuyo,
que la vida era tu carnaval.
Destrozaste mi amor con tu orgullo,
y gozabas con verme llorar.
Ahora ves que aquellas ilusiones
de tus manos se escapan, se van.
Solo quedan tus bajas pasiones
y recuerdos que no volverán.
Se tambalea, se tambalea, se tambalea,
tu pedestal se tambalea.
Ahora imploras perdón y hasta olvido,
porque ves el ocaso llegar
y quisieras borrar lo vivido
y de nuevo volver a empezar.
Esa es la lección que la vida
a los hombres debiera enseñar:
Que el que siembra vientos y tormentas
huracanes recoge al final.
Se tambalea, se tambalea.