Es la séptima vez que la misma mujer me ha dejado la miel en los labios
cuando yo estaba ya para entrar a matar me he quedado de nuevo plantado.
Me siento como un guerrero derrotado, como un aprendíz de amante traicionado, impotente y engañado.
Mascando el sabor amargo del fracaso sin dejan de pensar, lo que hubiera pasado
si aquella mujer de físico encendiario no se hubiera esfumado dejándome con la miel en los labios.
No sé qué puedo hacer con el fuego en mi piel con los besos que no le he entregado
con las frases de amor que por séptima vez a escondida había ensayado.
Me siento como un lunático frustrado, igual o peor que un perro abandonado, impotente y engañado.
Mascando el sabor amargo del fracaso sin dejar de pensar lo que hubiera pasado
si aquella mujer de físico incendiario no se hubiera esfumado dejándome con la miel en los labios...