Mi ilusión, era entrar en tu caja y poder despertar. Mi pasión, es poder encontrar un espejo en tu mentalidad. Y hoy estoy inquieto en este lugar, con tu aliento y mi soledad. Mi existir es viajar por tu oído y gritarte siempre, que hay verdad. Sin tu voz caeré, no podré ilusionarme otra vez. Porque el fuego que une nuestras almas,
morirá cuando deje de ver. Y si llego a mi fin intentando, seré un vencedor. Porque es mejor intentar que morirse sin sentir tu voz. Y cuando un día ese fuego se apague, quedará el recuerdo en tu pecho de haber sentido calor. Mi ilusión, es la ilusa que ve salvación. Mi ilusión es mi estrella, mi Dios, mi razón.