Era dulce como la miel y en sus labios siempre una sonrisa
Suave mirada que reflejaba un limpio corazón
Quería ser una estrella con los pies pisando la tierra
Sin saber que el precio de ser mujer tendría que pagar
Como cada día salió al encuentro con la vida
Ya presentía que sería para ella un mal día
Un hombre sin alma en un parque solitario su cuerpo violaba
Y las lágrimas bañaron su cara de rabia, tristeza y dolor
Era tan frágil que no alcanzó a echar su vuelo al viento
Todo cambió a su alrededor y ahora necesita dar tiempo al tiempo
Hace poco tiempo cumplió dieciséis años afrontando su suerte
No imaginaba que por la fuerza su cuerpo tomaran
Eva es tan fuerte y valiente que va ahora por la vida pisando fuerte
De su mano lleva ahora otra Eva, que siempre con ella estará.