Mi casa era un abrazo con aromas, afuera el mar oleaba en adoquines, por suerte habia chapas que, en la siesta, hacian que llover o fuera triste... Y hablo de mi casa, nunca nuestra, mudándonos de barrio, sin opciones, a la hora de movernos, ¡ qué increíble imaginar un mundo en los camiones!... La casa, ningún living, de una pieza, de los despertadores tan temidos, soñando que, tal vez, quizá no suene para ir a mi otra escuela de bandidos... Jamás podré elogiar mi pobreza, tan sólo es el cristal de mi pasado, que suena, como copa, en esta noche
y abraza con su vino destapado... Mi hermano heredándome la pilcha, aquella que vistió también a un primo, así que fue que aprendimos el secreto de compartir los parches y el camino... El carnaval y el tango fueron cuna, mi vieja me cantó "Duerme, negrito", y en mi segundo hogar, el Gallinero, mi viejo me soñó como Angelito... (Estribillo) Jamás podré elogiar a mi pobreza, tan sólo es el cristal de mi pasado, que suena, como copa, en esta noche y abraza con su vino destapado...