Hablo contigo sin que estés
susurrándole al viento,
pidiéndole a Dios que vuelva el día
en que tenía tu compañía.
Derramo tus lágrimas en mi escritura
deshaciendo la tinta entre líneas,
que dibujan tu cara, tus formas
mis sueños.
-Estribillo-(bis)
Que no daría yo
que no daría,
que no daría yo
por tu compañía.
Las puertas a tu mundo
parecen cerradas,
solo me adentro entre notas
acordes con alma,
que rompen mi voz
mientras se derrumba el mío.
Aromas profundos
abren el arcón del recuerdo,
rompiendo cadenas
que hacen olvidar,
que estoy vivo.