Sembraste una semilla que fructificó
Fructifica día a día en cada flor
Que brota en tierras oprimidas
En el barro que regó
Tu sangre generosa que se derramó.
Hundiste paso a paso en tu largo andar
La huella firme en un camino de solidaridad
Raíces de los hombres libres
Árbol de la libertad
La savia generosa que te alimentó.
Tu cuerpo roto en mil pedazos
El precio que te costó
Tu amor, tu fe, nada fue en vano
Que aliento y que fuerza, en fin
A los que aquí juramos proseguir
Tu lucha que sólo la muerte venció.
Un sábado de abril en el sesenta y tres
Al despuntar el alba
Y antes de las seis
Se agolpan todos los recuerdos
Al mirar el pelotón.
Camino de la historia
Nos dijiste adiós.