Donde me empuje el agua
me iré, donde me lleve,
siguiendo el curso raudo y
tenaz de la corriente.
Lo digo porque he vivido
de la humedad y el rocío
y aprende el que tiene un río
a dominar su barquito.
Lo digo porque he vivido la falsedad
de unos besos apurados, pasajeros,
como que quieren volar y amores
que me hacen mal y me confunden por eso.
Lo digo porque es el precio de amar
sin topes ni bridas, jugándome la corrida
detrás de un cabello suelto.
Lo digo porque el misterio
no me fatiga ni engaña,
donde la tarde se empaña
una la sonrisa me vence,
me posa sobre la frente
y a poco a poco la calma.
Lo sé porque he sido preso
de la ternura y la risa
fui llevado por la risa
mucho más lejos que el cielo,
luego se me fue el anhelo
colgado de unos aretes
girando, girando como juguetes
de los designios del alma...
Y me quedé sin la maña
para salvarme y quererte...