Surcando el mar pidiendo a las inquietas
olas del golfo espacio y albedrío
al par llegamos, tu con tus poetas,
yo con el mal de un alma en el vacío.
Los dos trajimos a esta tierra bella
un sueño y un amor, algo de canto
n la voz juvenil y algo de estrella,
de gloria para ti y en mí de espanto.
Cantor y actor soy formas encarnadas
de tan intimo ser que en uno brilla
con el fuego del otro así enlazadas
mis palmas vi con tu franca astilla.
Joven tú, joven yo, los dos
lejanos de una tierra feliz
presto supimos cuanto
enlaza al corazón,
hermanos llorando al par
la tierra que perdimos.
Tú esperas, yo no espero,
tú confías en porvenir mejor,
yo miro al cielo,
han de venir los venturosos días
de espacio claro
y de incansable vuelo.
Hombre en la tierra mi deber consigo,
nadie hará más luchando como bueno
yo arrastro el muerto semejando un vivo
y espero el fin indómito y sereno.
Tú te marchas a andar, es la victoria
andar dejando por la tierra huellas
aún tiene auroras la soberbia tuya,
el manto de la fama aún tiene estrellas.
Sube sin miedo y si su rostro airado
el cielo a tu soberbia da en castigo
ve sin temor, tu marcha no ha cesado,
caerás en brazos de tu amante amigo.