Gabriela, ¿De qué color se te colmó la primavera? ¿Con qué artimañas se ha evitado sonreír si en la ensenada de tu corazón hay maravillas que no intentas suprimir? Dime Gabriela, ¿Qué trazo me separa de lo que te desespera? Si en la frontera que moldea tu existir ronda la huella de tu sin razón y de ese exilio que no alcanzo a redimir cuando se empastan mi tibieza y tu pasión. ¿Dónde andarás, que ya no puedo darte una mano? ¿Cuándo regresarás a compartir lo que más amo? y
¿Adónde quedarás en el mejor de recuerdos que hoy desgrano en soledad? Busco en el límite del amor. Gabriela, no sé como llegar a ser lo que debiera tengo tan poca compasión que repartir que no me alcanza para tu dolor, lamentaría no poderte convertir. Dime Gabriela, si acaso no bastara una canción para la espera, en el compás que me demoraré en volver guardaré siempre lo mejor de ti soñando el beso que, tal vez no beberé y la esperanza que nunca te devolví.