Buscaba que mejor te dejaría
que el tinte enamorado de mis ojos
mi solidez y mi melancolía,
mi casa, mi pereza y mis anteojos.
Mi espalda sofocada y retorcida
la estela enloquecida de mi arrojo
mi abulia prolongada y progresiva,
la hambruna incontenible de mi antojo.
Mis discos, mis recados, mis demencias,
la sed de reinvertir la maravilla
de un acueducto seco por la urgencia
y un alma sin vapor que se maquilla.
Tal vez te dé diciembre
que adentro se nos cuela
¡qué navidad reciente!
la que dios nos revela
¿será que se pasaron
por aquí las quimeras?
Con árbol y pesebre
con guirnaldas y fiestas.
Tal vez te dé diciembre,
lo mejor que me queda.
Buscaba que mejor te dejaría
que las magulladuras de la ausencia
mis rotas y podadas alegrías
y la consecución de mis carencias.
El mundo tricolor que me rodea
la angustia bitonal que me domina
lo que me guardo de la primavera
para reforestar lo que la anima.