Sé que mi corazón resulta flojo,
que no aprendió a mirar como se olvida
y no se salvará con un retoño
pues ya a mitad del sueño se fatiga.
Sé que mi corazón resulta corvo
para el sin fin de lunas que le esperan
se quedará en las quejas y los odios
con mera palidez de sus estrellas.
Sé que mi corazón resulta loco
que un beso volcará sus azucenas
y le resbalará la miel de un sorbo
desde el peor pan*l de su colmena.
Ay de este corazón, que casi tonto,
tan alto el oro presta a mi medida
que no sé como se endurece un poco
para los sinsabores de la vida.
Ay de este corazón que aún ríe tanto
que en la llovizna inclina su balanza
y, mientras duermo la ilusión llorando,
mi corazón cantando se levanta!
Sé que mi corazón resulta loco
que un beso volcará sus azucenas...