Déjame cerrar tus ojos con mi boca
hasta que se termine la luna de estas horas,
sombra con sombra atados y en secreto
que no hay nada que rompa este silencio.
Déjame urdir con estas manos cielo
y llover sobre el campo desierto de tu cuerpo,
deshojar esta rosa de mi pena
andar de norte a sur para tu estrella.
Déjame idealizarte, que me pierda
que no encuentro otra manera de tenerte.
Deja que camine por los dos la brecha
o encender tu parte, la parte yerta,
tomar el turno solo y cuesta arriba
para llegar los dos hasta la orilla.
Deja, pues, de enloquecer sintiendo nada
porque al ser, eres más de lo que esperaba
y valga solamente el solo intento
de ponerle un final feliz al cuento.
Déjame idealizarte, que me pierda
que no encuentro otra manera de tenerte.
Compañera.