Bruscamente la tarde se ha aclarado
porque ya cae la lluvia minuciosa.
¿Cae o cayó?, la lluvia es una cosa
que sin duda sucede en el pasado.
Quien la oye caer ha recobrado
el tiempo en que la suerte venturosa
le reveló una flor llamada rosa
y el curioso color del colorado.
Esa lluvia que ciega los cristales
alumbrará en perdidos arrabales
las negras uvas de una parra en cierto
patio que ya no existe. La mojada
tarde me trae la voz, la voz deseada
de mi padre que vuelve y que no ha muerto.