Te acordarás de mí cuando precises
Que ciña con mi mano tu cintura
Y el aire de un piropo se deslice
Hasta el centro vital de la ternura.
Te acordarás de mí cuando divagues
Entre tu corazón y tus sentidos
Y encuentres sorprendida que no hay nadie
Que como yo jamás te haya querido.
Te acordarás de mí... te acordarás de mí...
Sé que a pesar de ti... te quedará de mí...
Una inquietud a flor de piel....
Y tú te acordarás de mí.
Te acordarás de mí como la sombra,
Remanso de calores inclementes
Y adviertas que la voz que ahora te nombra,
Te nombra como al resto de la gente.
Que ya no eres la luz de aquellos ojos
Que viendo por los tuyos descubrían;
Azules, amarillos, verdes, rojos...
Los mágicos colores de la vida.
Te acordarás de mí... te acordarás de mí...
Sé que a pesar de ti... te quedará de mí...
Una inquietud a flor de piel....
Y tú te acordarás de mí.
Te acordarás de mi cuando desnuda,
La irrefrenable fiebre del deseo
Reclame sus urgencias más agudas
Sin remedio, ni excusas, ni rodeos.
Te acordarás de mí... te acordarás de mí...
Sé que a pesar de ti... te quedará de mí...
Una inquietud a flor de piel....
Y tú te acordarás de mí.