¿Dónde dormirá esta noche ese pobre viejo,
el que vaga por la calle sin tener morada,
con la suerte consumida, como su pellejo,
con las manos abatidas, como su mirada.
Ese que nos pide asilo en cualquier acera
repitiendo su estribillo por una moneda.
El que nos preocupa, sólo de pasada,
el que nos acusa sin decirnos nada?
¿Dónde dormirá?
¿Dónde dormirá?
Quien no quiera saberlo
que apague la luz
o entierre la testa
como el avestruz
y siga evitando tocar este tema
y siga pensando, que no es su problema
y afirme, tajante: ""Es más importante
la miel que las abejas"".
¿Cómo dormirá esta noche esa bienhechora;
la que se proclama ""dama de beneficencia"",
que decora su paisaje como gran señora,
con insignes personajes, como ""Su Eminencia"";
que organiza mascaradas entre la nobleza
en apoyo a sus cruzadas contra la pobreza,
la que sobre todo, es de la doctrina
de curarlo todo con una aspirina?
¿Cómo dormirá?
¿Cómo dormirá?