Una mañana de sol,
al abrir la primavera,
con el alma en bandolera
se marchó.
Habló de ser o no ser;
la costumbre traicionera
nos anula lo que queda
por saber
y es preciso liberar
al vuelo, todas las plumas
y dejar que se consuma
la ansiedad.
Lo tienes que comprender;
y ya no dijo más nada,
dejó la llave en la entrada
y se fue.
Como la marea
se fue de mi playa
como la marea.
Removió la arena
y apuró mis penas
como la marea.
Vi que se alejaba
y a mí me dejaba
la dura tarea
de apagar los sueños
y desvanecerlos
como la marea.
Como la marea
se fue de repente,
como la marea.
Empezó el hastío
a llenar vacíos
de cualquier manera,
a dejar abierta,
el alma y la puerta
para que volviera
como la marea,
para que volviera,
como la marea.
Una mañana de sol,
al cerrar la primavera
con el alma en bandolera
regresó.
Habló de soledad,
que venía de un fracaso;
que podía entre mis brazos
olvidar,
que quería reponer
lo que me había quitado;
que jamás me había dejado
de querer.
""Ahora ya puedes confiar"".
""Ya no habrá más despedidas"".
""Ya no me iré de tu vida,
nunca más"".
Como la marea
regresó a mi playa,
como la marea.
Remojó la arena
y enjugó mis penas
como la marea.
Abrió la ventana
que dejó cerrada
la mañana aquella
y encendió de nuevo
mis más caros sueños
como la marea.
Como la marea
volvió de repente,
como la marea
y dejó el hastío
de llenar vacíos
de cualquier manera.
Atranqué la puerta
para estar alerta
que ya no se fuera
si otra vez quisiera,
que ya no se fuera
como la marea.