Donde canta al jardín la margarita y campea el zunzún por sus antojos mira al sapo feliz con los anteojos y a la tierra esperar la lloviznita. Arrorró, arrorró, no vendrá el lobo arrorró, arrorró, Caperucita arrorró, arrorró, no será bobo de asustar al varón, ni a la damita. Yo una hormiga vulgar, tan pequeñita tú una abeja tenaz, tan laboriosa yo la voraz lombriz tan quejumbrosa tú una alegre y vital mariposita. La babosa cargar con su casita mis amigos y aquel, formar un coro el sol brilla y emerge como el oro y tú debes alzar la cabecita.