Vienen por cada calle sucios y erguidos te acosan de imprevisto al doblar la esquina, huérfanos de la luz y de la comida, hijos del callejero y el laterío. Vienen por cada noche rudos y solos y tienen tanto estilo que quien diría que viven acechando la porquería con la mirada altiva y el fondo roto. Vienen por cada siglo, tan olvidados, son el perfil romano y el labio griego, el ademán del ruso y el rascacielo, la salvación del Moro y de los Cristianos. Que vienen los basureros ya te lo anuncio envuelve los desechos a tu manera y pon en el cartucho, sin que se vea, un poco de tus traiciones y tus abusos. Ata bien tus manías, que no se salten, que en el brocal del saco se oculten todas y procura no hacerte la vista gorda para que en plena acera no se derramen. Que vienen los basureros es la hora justa pero no te exageres ni te propases para que no descubras al acostarte que se te escapó el corazón con la basura. Como vienen por el desagüe o por el cemento hasta se pensaría que no son tales pero han trascendido el tiempo de los mortales como el hierro oxidado, pero irredento. Vienen por cada prado, siempre imponentes, ebrios de media noche, tan excitados son del ardor, del ocre, necesitados y luego atropellados por malolientes. Vienen por cada mundo, tan enmendados, son la raíz y el nudo del Asia cruda, el rumor del latino que se dibuja en el ojo avisado de los disparos. Que vienen los basureros ya te lo anuncio!...