Hay un Madrid que se apaga, hay un Madrid que se quema, hay un Madrid que se queda y hay un Madrid que se va. Hay un Madrid que se entrega y hay un Madrid que resiste, hay un Madrid que no existe y hay un Madrid que es verdad. Hay un Madrid con ventanas y otro con puertas abiertas y hay un Madrid siempre alerta, aunque digan que no está. Hay un Madrid con gigantes y hay un Madrid con enanos y hay un Madrid con hermanos, que no se han visto jamás. Hay un Madrid que se sube a los muros del cariño, y ese Madrid es un niño que no sabe adónde va. Hay un Madrid que se baja en la mitad del camino, sin importarle un comino lo que le pueda pasar. Hay un Madrid que respeta y hay un Madrid insolente, uno que muestra los dientes cuando lo quieren tocar. Hay un Madrid que es culpable y hay un Madrid inocente; hay un Madrid diferente que no se puede explicar. Hay un Madrid de ""Don Juanes"" y hay un Madrid de impotentes y un Madrid indiferente al que todo igual le da. Hay un Madrid conformista y hay un Madrid poderoso. Hay un Madrid caprichoso,, al que nada bien le va. A veces es un infierno y a veces un paraíso, a veces un indeciso que no atina a reaccionar. A veces en plena calma, hay un Madrid que revienta a veces sin darse cuenta que se pueda lastimar. Un telegrama que llega y hay un Madrid de esperanza y el Madrid de la añoranza, empieza a quedar atrás... Hay un fecha marcada, una que dice ""mañana"" y hay un Madrid con campanas, que se han echado a volar... Entonces, suenan canciones... entonces, vuelan palomas... y hay un Madrid que se asoma, cual si fuera Navidad... Es el Madrid que me gusta y es el Madrid que me entrego, es el Madrid que yo quiero... conmigo siempre llevar.